Tostamos la harina
Ponemos las avellanas en una buena picadora y las trituramos unos segundos. Ojo! debe quedar como una harina gruesa, vigila el tiempo de triturado porque si te pasas puede hacerse una pasta y no valdría. Reservamos.
Precalentamos el horno a 130º grados.
En una rustidera ponemos la harina de repostería que habremos mezclado con la «harina gruesa de avellanas» que habíamos reservado y extenderemos bien por toda la bandeja.
Horneamos las harinas durante unos 20 minutos a 130º-140º, teniendo la precaución de removerlas con una paleta cada 10 minutos. Así lograremos que se tuesten uniformemente. Toman un color ligeramente tostado, y perderán algo de peso, puesto que evapora la posible humedad que tengan (es lo normal, no añadiremos más cantidad). Tenéis que vigilar vuestro horno, pues ya sabéis que cada uno es un mundo, porque si os pasáis en el tostado, la harina puede amargar.
Dejamos enfriar. Este paso es muy importante, por ello os aconsejo que hagáis este proceso el día de antes.
Realizamos la masa
En un bol, incorporamos la harina tostada mezclada con la de avellanas, y hacemos un volcán, es decir apartamos la harina hacia los lados del bol dejando un hueco en el centro, y añadimos en él, el azúcar glass y la manteca, que debe estar a temperatura ambiente.
Mezclamos con las manos. Verás que comienza a tener una textura como de arena mojada. No os asustéis, ha de quedar así. Cuando esto ocurra, debemos ir aglutinando la masa hasta llegar a conseguir una bola que tendrá textura como de plastilina. En este proceso se tarda como unos 5 minutos más o menos.
Realizamos los polvorones
Una vez realizada la bola, la introducimos en el frigorífico envuelta en papel film 30-45 minutos. Una vez haya pasado este tiempo, la sacamos y la ponemos encima de papel de horno. La aplanamos un poco con la mano, y ponemos otro papel de horno encima.
Ahora, con un rodillo, vamos a aplanarla hasta que tenga un grosor de más o menos un centímetro y medio. Verás que se agrietan los bordes pero no te preocupes, es normal. Coge el corta pastas o el vaso de vino y ve realizando los polvorones.
Horneamos
Precalentamos el horno a 180º.
Preparamos la bandeja del horno poniendo un papel de horno encima y con una espátula plana, recogemos los polvorones y vamos colocándolos en la bandeja. No hace falta que tengan mucha separación.
Cuando hayamoss terminado con los polvorones que hemos hecho, recogemos todos los recortes, hacemos de nuevo una bola, y ponemos el papel de horno encima, repitiendo la operación anterior. Vamos a aprovechar prácticamente toda la masa.
Una vez colocados todos los polvorones, dejamos que reposen una media hora o incluso una hora, e introducimos la bandeja a media altura con calor arriba y abajo, y horneamos durante 20 minutos o hasta que veamos que la superficie adquiere un tono dorado.
Cuando los saques, no los toques hasta que se enfríen, porque en el momento de salir, estarán aún blanditos. Adquieren la textura que necesitamos con el enfriado.
Ya están fríos? Pues… coge un colador y añade un poco de azúcar glas en él, y deja caer con unos golpecitos, el azúcar glass sobre los polvorones.
Y listos!