Pues sí. He bautizado este bizcocho como Bizcocho esponjoso chino, porque es de nata y nueces, postre de los restaurantes chinos por excelencia jeje.
Aunque la verdad no tiene nada de exótico. Es un bizcocho de los de toda la vida, de los que hacía mi abuela con la nata de la leche recién hervida.
Recuerdo como si fuera ayer, el camino con la lechera de aluminio en la mano hasta la vaquería. El olor tan característico, los demás clientes esperando, y por fin, la leche recién ordeñada. Recuerdo perfectamente como humeaba y el cuidado que teníamos para no tirarla en el camino de vuelta. Mi abuela hervía la leche y según iba enfriando, se creaba esa nata tan espectacular que usaba, entre otras cosas, para hacer este bizcocho., si no nos la comíamos nosotros antes untada en un trozo de pan con azúcar por encima.
Obviamente, no es el mismo sabor, además ella no le añadía nueces, pero se le parece mucho. Es muy suave y excelente para desayuno, merienda o para compartir con tus compañeros en la oficina.