El día anterior, ponemos los judiones en remojo durante al menos 24 horas.
Una vez haya pasado ese tiempo, escurrimos el agua y reservamos.
En la olla que vayamos a utilizar, incorporamos los judiones, el beicon, las morcillas, los chorizos, la media cabeza de ajos la cebolla, el laurel y agua hasta cubrir todos los ingredientes dos dedos por encima.
Ponemos la olla al fuego y la tapamos para que se vaya cociendo todo muy muy lento y al vapor, (como decían nuestras madres, «a su amor»), durante al menos seis horas.
Aunque parezca imposible, y a pesar de este tiempo de cocción, los judiones no se deshacen ni se quedan sin líquido, porque al ser cocinados en este tipo de ollas, no pierden vapor.
Cuando falte una hora, abrimos la olla, sacamos la cebolla, la media cabeza de ajos y las hojas de laurel, que desecharemos. Ahora sí, incorporamos un chorro de aceite de oliva virgen, la sal y el de pimentón dulce. Volvemos a tapar la olla de nuevo y esperamos a que se cumpla el tiempo total de cocción.
Si cuando haya terminado vemos que el caldito es excesivamente líquido, podremos solucionarlo sacando unos 6 o 7 judiones, machacándolos en un mortero, e incorporándolos de nuevo a la olla. Dejaremos que cuezan unos minutos más para que se integren y probaremos de sal. Rectificamos si es necesario y los dejamos al gusto. Deben tener una textura muy suave. Si no es así, se pueden dejar cocer más tiempo, sin problema alguno.
Sacamos los chorizos, la panceta y las morcillas y los troceamos poniéndolos en una bandeja para que, una vez en la mesa, cada comensal se sirva la cantidad y el ingrediente que le apetezca.
A partir de ahí, empieza el disfrute………..
1 comentario en “Judiones”
Este plato me pierde,sin duda es «top»,imposible dejar pasar un año sin comerlos por lo menos una vez,muchas gracias a Mama Caldillo por su pasión y cariño a la hora de hacernos este regalo