Primero partimos el puerro por la mitad a lo largo y luego lo picamos en trocitos de medio centímetro aproximadamente. Reservamos.
Picamos el beicon en tiras gorditas como de medio centímetro, si no lo habéis comprado ya en tiras, y reservamos.
Ponemos una sartén al fuego con una cucharada de aceite, y cuando esté caliente, incorporamos el beicon. Lo freímos durante 3 o 4 minutos o hasta que esté casi crujiente. Reservamos.
En esa misma sartén, añadimos 3 o 4 cucharadas de aceite, e incorporamos el puerro picado con un pellizco de sal para que poche mejor. El puerro estará en su punto cuando veáis que se reblandece bastante y los trozos blancos se han vuelto casi transparentes. Esto será, más o menos, después de unos cinco minutos a fuego fuerte.
Cuando esté, añadimos el beicon reservado y rehogamos un par de minutos todo junto para que se mezclen los sabores. Ahora añadimos la nata y media cucharadita de sal. Removemos con una cuchara de madera constantemente, hasta que veamos que la nata reduce y comienza a integrarse con el puerro. Lo sabrás cuando al mover el puerro no quede nata en el fondo de la sartén. Debe quedar como una pasta.
Debemos dejarla enfriar durante una hora, para que se temple y no nos estropee el hojaldre al rellenarlo.
Precalentamos el horno a 250º.
Cuando el relleno esté templado, enaceitamos nuestro molde, y ponemos sobre él una placa de hojaldre procurando que quede bien pegado al molde por la base y las paredes. Dejaremos que caiga por fuera del molde el hojaldre. Ahora añadimos el relleno, procurando que no llegue hasta las paredes del molde, pero sí que quede extendido por toda la base.
Ahora extendemos la otra placa en la encimera sin quitarle el papel y con un cuchillo recortamos del borde medio centímetro en redondo, que usaremos para decorar después.
Colocamos la placa encima del relleno, y cerramos el hojaldre utilizando el borde de la base. Haremos un cordón con los dedos, «pellizcando» suavemente la masa de la base con la masa que hemos puesto arriba.
Una vez realizado todo el cordón, pincharemos con un tenedor el hojaldre para que no suba al hornearlo, y decoramos a nuestro gusto con los recortes que hemos reservado.
Por último, pintamos todo el hojaldre con huevo batido y metemos en el horno con calor arriba y abajo a 210 grados en la zona media, y durante 20 -25 minutos. Vigila que no se dore demasiado, si es así y no ha terminado el tiempo, pon una hoja de papel albal encima del hojaldre, hasta que termine.