Pues sí, hoy despedimos el verano con este helado de pistacho. Para mí es una pena que se acabe el verano porque me encanta. Además este año ha sido especialmente enriquecedor. Lo he disfrutado muchísimo. Por qué? Pues os cuento.
Como os dije en alguna otra entrada, pasamos nuestras vacaciones en el Levante, más concretamente en un pueblecito de playa de la provincia de Valencia que se llama Miramar, y normalmente siempre nos hemos turnado en el tiempo de estancia allí con mis padres y mi hermano y mi cuñada. Este año por primera vez hemos coincidido todos durante unos días y ha sido maravilloso.
Lo hemos pasado genial, hemos descansado, hemos cocinado cosas riquísimas, hemos utilizado la cámara de fotos más que nunca, y sobre todo, tengo que decirlo porque si no reviento, hemos disfrutado de mi pequeña sobrina-ahijada MiniCaldillo. Con un añito recién cumplido, nos ha enseñado a abuelos, tíos y padres, a través de sus pequeños ojos, el mar, la arena, los juegos, las risas, las siestas, los dibujos, la textura de las frutas del verano, el sabor de los helados…. Pero sobre todas las cosas nos hemos impregnado de la maravillosa felicidad que irradian sus preciosos ojos azules. De verdad ha sido increíble.
Guardaremos este verano en nuestro corazón para siempre, y contaremos los días para que se vuelva a repetir. Sí, podéis decirlo, se me cae la baba. Si estuvierais un ratillo con ella lo entenderíais. Es mi pequeño bombón.
Y os preguntaréis por qué os cuento esto? Pues muy sencillo, porque el cuerpo me pide despedir este magnifico verano con un postre que ha sido la estrella en este tiempo, con permiso de nuestra MiniCaldillo, claro.
He realizado otros, como el helado de frambuesa, o el de tarta de queso y moras, pero el helado de pistachos ha sido el especial, el que primero se acabó, y el que hizo que quien lo probara hiciera mmmmmmmmmmm, desde la primera cucharada.
Así que aquí lo tenéis.